El gato doméstico pertenece a la familia de los Felidae, junto con otros mamíferos como el león o
el tigre. No obstante, dentro de la propia especie del gato, existe una gran variedad de razas con
características muy diferentes. Algunas de estas razas de gatos son producto del cruce
forzado y de mutaciones genéticas, aunque se considera que provienen todas de un mismo antepasado:
el gato salvaje del Medio Oriente. Además, el gato doméstico puede reproducirse con otras
subespecies de felis silvestris (o gato salvaje-montés), dando lugar a diferentes
hibridaciones.
El gato tiene una esperanza de vida de entre 15 y 10 años aproximadamente, y
lleva manteniendo una estrecha relación con el ser humano más de 9000 años. Comenzó a
considerársele como un animal doméstico a mitad del siglo XIX, cuando se introdujeron en Europa y
América del Norte algunas de las
razas de gatos
más exóticas, como es el caso del
gato persa o el
gato angora.
Se trata de un animal que fue divinizado por los egipcios con la imagen de
Bastet, la diosa del hogar y la alegría, con cabeza de gato. De hecho, en Egipto se condenaba con
la muerte a todo aquel que se atreviera a maltratar a este animal. Protagonista de muchas leyendas,
es una criatura rodeada siempre de misterio, con un aire enigmático que ha inspirado numerosos
cuentos, destacando, entre otros, el gato Chesire, del libro de Lewis Carrol, Alicia en el país
de las maravillas.
En nuestros días, existen más de 100 razas de gato distintas, aunque no todas
están reconocidas oficialmente. Éstas se dividen según ciertas características físicas, tales como
la longitud y la forma del pelo, el color o los patrones de su pelaje. No sólo eso, también se
asigna un determinado comportamiento y una personalidad a cada una de ellas.
La división más sencilla consiste en separar a los gatos de pelo corto de
los gatos de pelo largo. También se puede separar al gato común o mestizo del purasangre,
calificado por el pedigrí. Este último grupo supone únicamente el 10% de la población total de
gatos domésticos, y está sujeto a un extenso control sobre el árbol genealógico de cada gato
purasangre.
Un hecho curioso sobre el color del pelo de los gatos es la existencia de los
gatos tricolores. Estos son en su gran mayoría gatos hembra. Cuando se da la anomalía genética de
un macho tricolor, éste es estéril.
Las razas de gato podrían clasificarse de muchas maneras, más allá de la simple
característica de la longitud del pelo. Al tratarse de un animal doméstico, podríamos hacer un
listado de las
razas de gato
más caras del mercado o de las consideradas como las más bonitas. Entre las más raras y una de las
razas de gato que más llama la atención se encuentra el gato Esfinge o Sphynx.
El gato Esfinge
no carece de pelo, como la gente cree, sino que su vello es tan fino y corto que apenas puede
percibirse a la vista o al tacto. Es una raza muy famosa, debido a que aparece en numerosas
películas y series de televisión. Aunque puede parecer un animal no muy agraciado físicamente, es
uno de los más demandados en el mercado y de los más caros.
El gato Angora
está considerado como una de las razas de gato más antiguas del mundo, siendo el origen de muchas
de las actuales. Es un gato mediano, de cabeza triangular y ojos muy grandes, con las patas muy
delgadas y largas. Tiene el pelo semilargo, muy sedoso, normalmente de color blanco.
Del gato Angora Turco ya se habla en tiempos del Imperio de Bizancio. Se
extendió por los países vecinos a Turquía desde el siglo X, pero no llegaría a Europa hasta el
siglo XVI. Siempre fue una raza muy apreciada, ocupando siempre el puesto de animal de compañía
para la nobleza. Una leyenda cuenta que el fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk
volverá a la vida reencarnándose en un gato de esta raza.
Destacan también razas de pelo largo o semilargo, como son el gato turco de
Van (en peligro de extinción), amante del agua, o el Kao-mani. Este último, también
llamado Ojo de Diamante, es un ejemplar antiguo, procedente de Tailandia, de gran valor, ya que fue
creado a partir de cruces para convertirse en la mascota de la familia real.
No obstante, si hay un gato considerado un verdadero aristócrata, ése es el
Azul Ruso. Un felino elegante y delgado, grácil, de orejas grandes y cabeza recortada. De
ojos verdes y pelaje azul grisáceo, tiene una forma de caminar muy distinguida, que le da ese aire
de nobleza. Esta raza, reconocida oficialmente en 1984, estuvo en peligro de extinción durante la
Segunda Guerra Mundial, lo que obligó en los años cuarenta a cruzarla con el gato siamés para su
conservación.
Otra de las razas de gatos más bonitas y más llamativas es la de los
LaPerm. Es un gato originario de Estados Unidos que se caracteriza por su pelo rizado.
Resultado de una mutación genética, el primer ejemplar nació en una granja en Oregón hace poco más
de treinta años y se ha convertido en un gato muy buscado, del que ya existen variaciones de pelo
largo y suave.
En España, el gato más numeroso es el común europeo, reconocido como raza desde
1983. Se trata de un animal fuerte y robusto, con un hocico recto y ojos redondos. Es de pelo fino
y corto, normalmente de color negro o anaranjado, aunque es muy común ver gatos bicolores de blanco
y negro. El carácter del gato común europeo destaca por el fuerte sentido de caza y su
independencia, aunque es muy cariñoso y activo cuando crece en el interior de una casa. Se adapta
con facilidad a cualquier entorno y es un gato especialmente fértil.
El gato doméstico es un animal cuya popularidad ha aumentado muchísimo en los
últimos años gracias al mundo de Internet. Sin embargo, al igual que el perro, debe enfrentarse a
los múltiples peligros que supone ser una mascota: El abandono, el maltrato y la cría forzada. En
nuestro país hay una inmensa cantidad de gatos callejeros, y muy pocos son atendidos correctamente.
Hasta en Roma, donde el gato es un símbolo más de la ciudad, este animal se ve en apuros al vivir
en la calle: No hay comida, no hay agua, y las colonias son cada vez más numerosas.
Las protectoras actúan entonces con los recursos y servicios que los voluntarios
prestan. Uno de los principales objetivos de las asociaciones es la esterilización de la mayoría de
las hembras callejeras, con el fin de reducir las colonias y, por tanto, la muerte prematura de los
gatos. |