El gato Savannah es el resultado de cruzar al Serval, un mamífero africano de la familia de
los Felidae, con un gato doméstico. El primero de esta raza reconocido como tal nació en 1986 en un
criadero de gatos de bengala, con el cruce de una gata siamesa con un Serval macho.
No obstante, se conoce que hubo unos primeros intentos de hibridación seis años
antes. El
gato Savannah
es una raza difícil de conseguir y mantener, ya que en muchas ocasiones los machos que nacen son
estériles y hay que esperar varias generaciones para conseguir un buen ejemplar.
Las características principales de este animal son su tamaño, que puede llegar a
triplicar el de cualquier gato doméstico, la longitud de sus patas, bastante delgadas, sus
llamativas orejas y el dibujo de su pelaje, muy parecido al del leopardo. Al ser una raza tan
joven, existen muy pocos en el mundo, y están bajo la supervisión de criadores
especializados.
El Savannah es un gato bastante grande, de pelo corto, que puede llegar a pesar
12 kilos (aunque lo normal es que pese entre 7 y 8 kilos) y alcanza su edad adulta hacia los dos o
tres años. Su pelaje normalmente es dorado o café, con las manchas de un tono marrón o negro.
Algunos
gatos Savannah
son de color blanco o plateado, con las manchas negras.
Esta raza es una de las más caras del mundo, llegando a costar 7000 euros. Esto
es así por el escaso número de ejemplares y lo complicada que es la cría y la reproducción. Por
ello, es considerado un animal exótico.
Comportamiento del gato Savannah
Algunos expertos son contrarios a domesticar a un animal con sangre salvaje como
es el gato Savannah, ya que algunos de sus rasgos pueden ser negativos para la convivencia. Sus
patas y su dentadura son de mayor tamaño que las de un gato doméstico común, lo que puede ocasionar
algún que otro accidente durante los juegos o cuando el animal esté enfadado. Es un gato capaz de
saltar casi tres metros de altura, lo que también puede ser problemático para el hogar, además de
que tiene tendencia a convertirse en el macho alfa, procurando dominar al resto de mascotas.
Sin embargo, hasta ahora, los gatos Savannah han tenido una personalidad típica
de gatos domésticos como el
Sphynx o el
Bengalí,
cuyo pelaje es muy parecido al Savannah. Así, la mayoría de los gatos de esta raza han resultado
ser bastante dóciles y leales, siendo comparados con los perros. De hecho, sorprende en su
comportamiento juguetón que les encante jugar a ir a buscar la pelota o pasear con arnés o
correa.
También son gatos muy inteligentes, capaces de aprender a abrir puertas y
armarios para satisfacer su gran curiosidad. Son muy sociables y extrovertidos, no suelen sentirse
incómodos ante los extraños, ya sean personas u otras mascotas. Tienen muchísima energía y
necesitan estar en continuo movimiento, siempre jugando y corriendo de un lado a otro. Esto no
quita que no sean capaces de adaptarse a interiores, pero sí les viene bien un paseo de vez en
cuando.
El gato Savannah tiende a elegir a una persona favorita cuando son varios los
miembros de la familia. Una vez ha elegido a su amo, lo sigue por toda la casa como un perro aunque
no quiera nada en concreto. Para ellos, esa persona no es su dueño, sino un familiar. Ellos mismos
no se consideran una mascota, sino que se ven como otro más en la familia (o el propietario del
resto de integrantes).
Gracias a sus raíces salvajes, adoran el agua. Son capaces de colarse en la
ducha y no le tienen miedo a los baños. Algunos llegan a querer bañarse con sus dueños. Son
exploradores por excelencia y les encanta buscar los juguetes que ellos mismos esconden.
Cuidados del gato Savannah
El gato Savannah es un animal bastante sano por lo general. No parece haber
heredado ningún tipo de enfermedad debido a su hibridación. Todo lo contrario, tiene lo que se
denomina como «vigor híbrido», un rasgo genético que se refiere a la resistencia a enfermedades y
la gran vitalidad de los animales surgidos por cruce.
Algunos ejemplares pueden tener reacciones negativas a las vacunas o
medicamentos, por los que hay que controlar tras cada visita al veterinario su actitud y su estado
físico. Esto puede deberse a que heredan en la mayoría de los casos el hígado pequeño del Serval y
cierta sensibilidad hepática.
Su pelo es corto y apenas se cae, por lo que no suele formar bolas de pelo. No
es necesario cepillarlo muy a menudo, y tampoco precisa excesivos cuidados de higiene, más allá de
las atenciones mínimas.
Es un gato que se adapta fácilmente a una nueva casa o a nuevas mascotas, con
las que tiende a dormir en cuanto hacen buenas migas. Se lleva bien con los niños pequeños, siempre
que estos sean respetuosos con su espacio.
Se le puede entrenar para cumplir con algunas órdenes, igual que a un perro,
tales como sentarse, saltar o traer algún objeto. Es más, les coge mucho cariño a los perros de la
casa, aunque procura convertirse siempre en el alfa del grupo.
El Savannah es un animal doméstico muy recomendado para personas activas, que
adoren el ejercicio y que disfruten paseando con un gato así. Es bueno enseñarles y acostumbrarles
desde que son pequeños a los paseos con correa o con arnés.
Alimentación del gato Savannah
Lo más importante para el gato Savannah es tener siempre un cuenco con agua
cerca, ya que suele tener mucha sed. Algunos criadores recomiendan que se les proporcione comida
cruda por su ascendencia Serval, mientras otros optan por el pienso dado a cualquier gato
doméstico.
La comida debe ser, ante todo, rica en proteínas. El gato Savannah es un animal
travieso y muy activo, por lo que necesitará recobrar energías varias veces a lo largo de la
jornada. Para aquellos que optan por alimentarles con dieta seca, también es recomendable que les
obsequien de vez en cuando con alguna golosina o comida blanda de lata. No se le debe dar las
sobras o alimentos que no estén preparados para ellos, pues pueden ser perjudiciales para su
salud. |