El gato Maine Coon es el gato doméstico más grandes que existe, por lo que recibe el
sobrenombre de El Goliat de los gatos. Puede llegar a pesar unos 10 kilos, aunque algunos
machos llegan a superar este estándar y pesar entre 14 y 15 kilos. Las hembras son más pequeñas,
pesando en torno a los cuatro o cinco kilos. Es un animal que tarda en alcanzar la madurez, no
considerándose adulto hasta los cuatro años aproximadamente.
De pómulos altos, su cabeza es redonda y grande, lo que compensa con un pecho
ancho y unas patas fuertes y largas, muy robustas. Su cola es muy larga y peluda, recordando a la
del mapache (La parte «Coon» de su nombre viene de Raccoon, mapache en inglés),
mientras que su pelo es algo más corto en la zona de la cabeza. Hay un tipo de
gato Maine Coon
de pelo rizado, conocido por el fenómeno de «Gen Rex».
El pelaje del Maine Coon es grueso, tiene un pelo interior más lanoso y otro
exterior más graso, para no mojarse, preparado para soportar el agua y la nieve. Entre los colores
más comunes, destacan el pardo, el gris y el blanco, también el negro y el crema, aunque hay
bastante variedad de colores.
Sus patas son grandes y anchas, con mechones de pelo largo entre los dedos. Los
ojos también son grandes, oblicuos y distanciados. No hay un color de ojos característico de los
gatos Maine Coon,
pudiendo ser verdes, marrones, azules, etc. Las orejas también son anchas, bien separadas y altas,
con mechones de pelo igual que los dedos.
Con su aspecto salvaje, recuerda al gato Bosque de Noruega, del que se cree que
proviene. Es un gato autóctono del estado norteamericano de Maine. Probablemente, surgiría a partir
de un cruce del
gato Bosque de Noruega
(que habría llegado hasta América en los barcos como cazador de ratones) con los gatos americanos,
de ahí su parecido. No obstante, el Maine Coon ha superado en tamaño a su pariente.
Se hizo popular en el siglo XIX, en las diferentes exhibiciones estadounidenses
del momento. Sin embargo, perdió popularidad a favor del
gato persa.
Hoy en día, sigue siendo en Estados Unidos el gato doméstico por excelencia, apreciado sobre todo
por granjeros gracias a su gran habilidad con la caza.
Algo que destaca en el Maine Coon es su voz. Tiene un maullido muy suave y fino,
casi imperceptible en algunas ocasiones. Un rasgo que choca bastante con su porte majestuoso y
feroz.
Personalidad del gato Maine Coon
Es cierto que su tamaño o su expresión fiera pueden imponer cierto respeto, pero
en realidad el gato Maine Coon es todo lo contrario a un animal salvaje. Es muy tranquilo, llegando
a ser perezoso, y muy cariñoso. Adora a los niños, sirviéndose de su gran paciencia para soportar
todas las trastadas que éstos pudieran hacerle. Tampoco tienen problema alguno al convivir con
otras mascotas, ya sean perros o
gatos, y se encariñan con éstas en seguida.
Es una raza muy afectuosa, dócil y fácil de manejar, lo que lo hace perfecto
para familias numerosas. A pesar de su tranquilidad, también le encanta jugar y la actividad. En
general, tiene muy buen carácter, y es muy sociable, pero se mostrará reservado ante los extraños.
Se adapta con facilidad a cualquier circunstancia, aunque adora la tranquilidad.
Su origen rústico le otorga un gran interés y habilidad por la caza, además de
una destreza sorprendente con las patas, que usan para poder coger cosas o incluso para comer. No
son nada ruidosos, dejando los maullidos para momentos concretos. Sí ronronearán a menudo, cuando
estén contentos y a gusto.
Las hembras de Maine Coon tienen un instinto maternal increíble, convirtiéndose
en una madre más que ejemplar. Enseñan a sus crías a comer del comedero, poniéndolo a su alcance, o
incluso a usar la caja de arena.
Cuidados del gato Maine Coon
El Maine Coon es un gato que no necesita excesivos cuidados. Es muy sencillo
cuidar su higiene, ya que él mismo es muy meticuloso al asearse. Lo más destacable es que se le
debe cepillar con frecuencia debido a su pelo semilargo.
No necesita ningún tipo de trato especial ante el calor o el frío, pues soporta
sin problemas los cambios de tiempo y las temperaturas extremas. Sí es bueno darle a menudo malta
para que no acumule en el estómago bolas de pelo.
Si bien es cierto que se adapta a pequeños pisos o casas, le gusta mucho estar
en el exterior, y es bueno para él tener acceso a lugares abiertos. Un Maine Coon bien cuidado y
con una alimentación adecuada, puede llegar sin problemas a tener una esperanza de vida de unos 25
años más o menos.
Enfermedades del gato Maine Coon
En cuanto a enfermedades de herencia genética, éstas no suelen darse a menudo en
los gatos Maine Coon, aunque sí hay ciertos problemas que pueden llegar a tener:
- Deformaciones físicas: Consecuencia de criadores pocos profesionales que
intentan llegar a crear a un gato gigante. Así, nacen gatos con displasias de cadera, con el lomo
hundido o con las patas traseras cruzadas. Estas incapacidades pueden llegar a ser muy
dolorosas.
- Pectus Excavatum: Una deformación del pecho del Maine Coon en la que la zona
del esternón se hunde hacia dentro. Esto crea una compresión del corazón y los pulmones.
- Cardiomiopatía hipertrófica felina: Aumento de las paredes del ventrículo
izquierdo del corazón. No es única del Maine Coon, pero sí afecta a un buen número de esta
raza.
Es importante controlar lo que come. Es un gato muy tragón que puede ganar peso
en seguida, ya que el tamaño es algo que de por sí lleva en la sangre. Hay que vigilar que no
llegue a sufrir obesidad.
Alimentación de los gatos Maine Coon
Con su gran tamaño, es de esperar que el Maine Coon coma mucho y con mucha
variedad. Le encanta el pescado y el marisco, pero hay que tener cuidado con lo que se le da, pues
si se comen demasiado pueden llegar a pesar más de 20 kilos.
Hay piensos especiales para gatos grandes, un tipo de pienso que protege las
articulaciones. Esta dieta seca, de gama alta, puede encontrarse en el veterinario o en tiendas
especializadas. Es importante proporcionar al Maine Coon una alimentación equilibrada para que
pueda disfrutar de una buena calidad de vida. |