El gato bengalí o gato de Bengala es el resultado del cruce entre un gato doméstico y
un gato leopardo (o gato de Bengala), un felino de origen asiático que vive principalmente en las
zonas de Pakistán, Filipinas, Sumatra y Mongolia. El primer cruce se realizó de manera artificial
en 1963, siendo el macho un gato doméstico y la hembra una gata bengala, de la cual recibe el
nombre esta hibridación.
Los genetistas consideran que se necesitan cuatro generaciones como mínimo para
conseguir el
gato bengalí
«perfecto»: Un felino de aspecto salvaje, pero con la docilidad y la ternura de un gato
doméstico.
Su pelaje es medio o corto, muy denso. Llama la atención por sus manchas de
diferentes tamaños, similares a las del leopardo, de un solo color: negro o marrón (aunque a veces
una misma mancha es por el centro marrón y posee un borde exterior negro). El color de fondo suele
ser de un tono gris crema, marfil, dorado, arena, naranja o gris plateado. También hay
gatos bengalíes
con un tono más rojizo brillante.
Es un gato bastante grande comparado con otras
razas de gato
doméstico. Puede llegar a pesar entre ocho o nueve kilos, aunque las hembras tienden a ser más
pequeñas y delgadas, no llegando a superar los cuatro kilos. De huesos fuertes, es robusto y
musculoso. Tiene una cabeza ancha y redondeada, con una mandíbula amplia. Los ojos almendrados u
ovalados son de un amarillo verdoso o dorados, bien separados. Su nariz larga y sus orejas pequeñas
recuerdan a las del leopardo, permitiendo apreciar su herencia genética.
Personalidad del gato bengalí
A pesar de tener sangre silvestre, es un animal muy tranquilo y abierto, que
recuerda más a un perro que a un gato. Tiene por costumbre seguir continuamente a su dueño por la
casa, buscarlo cuando no está o esperarlo en la puerta cuando se marcha. También es especialmente
juguetón, pudiendo incluso jugar a buscar la pelota como un can sin aburrirse.
Amistoso y sociable, el
gato bengalí
es perfecto para convivir con otros animales. Por lo general, cuando llega algún nuevo miembro a la
familia, este felino no tarda más de una semana en acostumbrarse a su presencia y en convertirlo en
uno más de la casa. Lo mismo ocurre cuando es el bengalí el que llega nuevo al hogar. La mayoría de
las veces, el primer día ya se dedica a buscar el cariño de su amo. Como mucho, en tres o cuatro
días ya está perfectamente adaptado al entorno.
Hiperactivo y fisgón, el gato bengalí busca siempre las zonas más altas de la
casa para tenerlo todo bajo su control y poder investigarlo todo con una visión amplia. Es muy
inteligente y procura estar siempre alerta, sin olvidar su instinto de caza (a diferencia de otras
razas igual de cariñosas, como el
gato persa).
Uno de los aspectos más curiosos del gato bengalí es el haber heredado de su
origen salvaje el gusto por el agua. Se trata de un gran nadador al que no le importa zambullirse
para poder pescar. Ama nadar y siente una gran pasión por la playa.
Cuidados del gato bengalí
El gato bengalí es un animal sencillo de mantener y no necesita de cuidados
especiales, gracias sobre todo a su pelo corto y a su gusto por el agua, lo que permite bañarlo de
vez en cuando. No suelta mucho pelo, reduciéndose más que nada a las épocas de muda (de mayo a
julio), durante las cuales se le debe cepillar frecuentemente.
No obstante, aunque sea un gato de pelo medio-corto, éste es muy suave y
delicado, por lo que necesita de una especial atención. Los veterinarios recomiendan siempre
mantener el pelaje del felino limpio, cosa que él mismo se preocupa de hacer, evitando así que se
le apelmace.
Obviando las visitas al veterinario, hay dos aspectos de su salud e higiene
personal que no deben pasarse por alto: el
gato bengalí
produce cerumen en mayor cantidad y en menor tiempo que la mayoría de los gatos domésticos, por lo
que se deben limpiar sus orejas con más frecuencia. Asimismo, como otros muchos gatos, tiende a
acumular el llamado «acné de gato», secreciones de grasa que se acumulan en la barbilla con forma
de pequeñas bolitas negras.
Al ser un animal que nace y se cría ya en el interior de una casa, es perfecto
para pisos pequeños sin terraza, si bien se le puede sacar a pasear al exterior, siempre
acompañado. Hay que tener cuidado con su curiosidad y no dejarlo solo en espacios muy amplios,
asegurando también los lugares que puedan jugarle una mala pasada, como un balcón.
Tiene mucha energía, por lo que necesita mucha actividad física. En ese sentido,
requieren bastante atención. Es preciso jugar con ellos a diario o proporcionarles juguetes de los
que no puedan cansarse. Los juguetes perfectos para el gato bengalí son, entre otros, la rueda
giratoria, un palito de plumas o, incluso, una caja de cartón. Son, además, amantes de las
estructuras en la pared, con escondites y cuerdas.
También, una muy buena opción para aquellas personas que no pueden dedicarle el
tiempo de juego que necesita este felino, es poder proporcionarle un compañero de juegos. El
bengalí convive a la perfección con otros gatos, de la raza que sean, perros y hurones. Tampoco son
un problema para vivir con niños pequeños, con los que les encanta jugar.
Alimentación de gato bengalí
El bengalí es un gato doméstico con muchísimo apetito. Esto es así debido a la
gran cantidad de energía que gasta a lo largo del día. De este modo, necesita una comida alta en
proteínas que pueda ayudarle a mantenerse activo y en forma. Por su ansiedad y obsesión con la
comida, es bueno acostumbrarlo desde pequeño a comer únicamente cuando lo necesite, racionándole el
pienso.
Tiene por costumbre subirse a la mesa cuando hay comida, ya que el aroma le
llama la atención. Es capaz de probar cualquier alimento, pero hay que saber ponerle límites. Para
llamarle la atención cuando haga este tipo de cosas, basta con decirle «No» con voz grave y fuerte.
Nunca se le debe pegar, por muy flojo que sea el golpe, pues poco a poco podría perder la confianza
con la persona y alejarse.
Es importante saber elegir el pienso adecuado, ya que de la alimentación
dependen el crecimiento y la salud del gato. Además, un buen pienso evitará cualquier problema
intestinal o urinario que pudiera padecer el felino. Es bueno, al mismo tiempo, alternar el pienso
con alimentos blandos, como las latas de comida variada para gatos o de atún natural. |